A medida que la automatización continúa avanzando, los robots están invadiendo cada vez más ocupaciones tradicionalmente desempeñadas por humanos. Esta tendencia se extiende al ámbito artístico, donde incluso los tatuadores pueden encontrarse enfrentando competencia de las máquinas. Dillon Forte, un destacado tatuador con base en Texas, conocido por su trabajo con varias celebridades, colaboró recientemente con Blackdot, una startup tecnológica, la primera en el mundo en crear un dispositivo automatizado para tatuar.
La escena es fascinante de contemplar: la mano de un cliente asegurada a la mesa mientras una colosal contracción robótica, con velocidad y precisión inherentes, aplica un diseño en la piel. Forte y Blackdot distribuyeron equitativamente la carga de trabajo en el proyecto, creando un diseño inspirado en la exploración espacial de la NASA y la icónica obra de ciencia ficción "Guía del autoestopista galáctico" de Douglas Adams.
El primer proyecto de colaboración entre un tatuador humano y un tatuador robótico está lleno de referencias a la exploración espacial, con imágenes similares a las grabadas en el Disco de Oro de la Voyager de la NASA, enviado al espacio profundo en 1977, llevando un mensaje de la humanidad a la vida extraterrestre.
Encontrar diferencias entre los resultados del trabajo de Forte y Blackdot resulta difícil para el observador promedio; Blackdot tatuó la parte central, mientras que Forte utilizó sus habilidades para representar elementos periféricos. La diferencia entre el trabajo de Dillon Forte y Blackdot es notable, pero no significativa. Esto, a su vez, incita a reflexionar sobre cómo podría cambiar algún día la realidad del trabajo para los tatuadores.
Por cierto, Forte tiene una excelente reputación en la comunidad de tatuajes, habiendo trabajado con celebridades como Usher, Kat Von D y Chris Hemsworth, y sin duda, esta colaboración representa un nuevo capítulo en su portafolio, y tal vez su empresa más inusual.
A medida que la robótica continúa avanzando en muchos aspectos de la vida humana, uno no puede dejar de preguntarse si las máquinas, como la invención de Blackdot, se dirigirán hacia direcciones artísticas, alejándose de sus roles más utilitarios.
Comments (2)